HACE 700.000 AÑOS.
Hace 30.000 años el ser humano cometió el primer error en contra de su propia naturaleza. Encontró más comodidad en ser recolector que cazador. Esta decisión trae consigo
una revolución cultural que dará lugar a la civilización actual la cual nos ha traído muchas cosas buenas y otras no tanto, sólo estoy hablando en el plano alimenticio que voy a intentar desarrollar a continuación
como parte expositiva de mis argumentos hacia muchas enfermedades que padecemos, unas conocidas y otras aún por conocer sus principios.
Nosotros, nuestros antepasados éramos cazadores y vivíamos de la caza y algunos frutos que se iban encontrando aquí o allá. Podríamos discutir si el hombre era más frugívoro o más carnívoro. Desde
mi modesta opinión era más carnívoro sin desdeñar otros frutos que diera la tierra. Dominando el fuego, probablemente desde hace casi un millón de años, toda la proteína de la carne era más digestible
incluso la de los propios congéneres pues tenemos buenas pruebas de ello en los huesos humanos hallados en la Sima de los Huesos en Atapuerca, Burgos.
Sí amigos, sí, éramos muy carnívoros y no despreciábamos la carne de los demás, al fin y al cabo era carne, proteínas, no existía la religión ni los principios morales, no existían los enterramientos
y lo que tú no te comías se lo comían otros carnívoros y carroñeros. En pleno invierno, a 15º bajo cero, con dientes de sable y leones merodeando cerca de la cueva no se podía despreciar absolutamente nada.
Y las proteínas al calor del fuego reaccionan dando azúcares, reacción de Maillard, es una glucosilación
o glicación no enzimática de proteínas que lo hablaremos más adelante. Les produce aromas y mayor digestibilidad. Una curiosidad con respecto a esta reacción es el color pardo de la piel de las momias, es la misma
reacción y tú ¿te comerías una momia? Esta era gran parte del azúcar que tomábamos junto a la de frutos y bayas silvestres. Por aquel entonces nuestras levaduras intestinales estaban reducidas a una pequeña
parte de la longitud del colon ya que además tenemos otras bacterias que pueden realizar parte de esta función.
Si el ser humano pasaba las estaciones como cualquier otro animal es lógico pensar que comía lo que encontraba en el bosque o en la sabana, pero recordar que vuestra mente está influenciada por el “Paraíso Terrenal”
y parece que tenemos que encontrar “manzanas” por doquier, en aquello años no existían las plantaciones de ningún frutal y la mayoría de ellos eran ácidos, pequeños y sin seleccionar. Los frutos de todo
tipo se cogían como estaban, maduros o no, de otra forma se los comían los pájaros o las ardillas.
Todo ese conglomerado mental de plantaciones y cultivos es completamente falso y quizás encontraban una raíz, un bulbo o un tubérculo, algún fruto colgando de los árboles. El tomate es un fruto seco sin apenas agua del desierto
de Atacama, hay dudas pero yo me postulo por las zonas desérticas y secas de Los Andes. La prueba más fehaciente la tenemos en el tomate de ramallet de Mallorca. Este tomate es de auténtico secano, tanto que si lo riegas se muere y su
olor y sabor es fantástico. El tomate de ramallet se utiliza para el “pa’mb oli”. ¿Nos lo envió Fray Junípero Serra desde Méjico? El desierto de Sonora sería otra posibilidad.
Los nuevos pobladores de América se están asentando y empiezan a descubrir la patata y el maíz que no nos llegarán
hasta hace 500 años. El tomate primero se seleccionó en las islas Caribe y cuando ya estaba bien rojo saltó a Europa.
Teniendo en cuenta que hace ya 45 millones de años que llevamos encima nuestras bacterias, hongos, virus, levaduras, y gusanitos y que nos ganan 10 a 1. Sí señores ellos, nuestra biota, son 10 veces más numerosos que nosotros y
deben comer y esa comida es fija para ellos y ni nosotros ni ellos digerimos la fibra, nos sirve para el tracto intestinal pero finalmente la expulsamos. No somos un koala que digiere hojas de eucalipto.
La celulosa es un polisacárido, muchos azúcares unidos, y es la molécula orgánica más abundante de la naturaleza y en la que se retiene mayor
cantidad de CO2, gas de efecto invernadero. Pero a pesar de los ecologistas más ecologistas, no la podemos digerir.
No somos rumiantes especialistas en fibra y otras hierbas. Ni siquiera las termitas digieren la celulosa de la madera que comen, de ello se encargan unas bacterias que poseen en su estómago, al igual que los rumiantes y otros herbívoros. En el
aparato digestivo existen microorganismos, muchos metanógenos, que sí poseen la celulasa y logran romper este polisacárido de manera que forman glucosa y sirve de energía, al mismo tiempo que se libera una inmensa cantidad
de gases invernaderos.
Si el ser humano hubiera practicado más el “herbivorismo” (tome nota la Academia
de esta nueva palabra, si existe el herbívoro es porque practica el herbivorismo) seguramente tendríamos vestigios de bacterias descomponedoras de celulosa y no es así por lo que los comedores de solo verde están equivocados en
cuanto a que éramos solo herbívoros.
Fijaros bien: los conejos se comen sus heces nocturnas que son de un
color tirando a verde ¿por qué son tan guarros? Pues sencillamente porque la parte final de su intestino descompone fibras produciendo vitaminas que el conejo se las come, sopena de faltarle las vitaminas. Ahora vas y le das un beso en los morros.
En cuanto a la ingesta de mucha fruta, dieta frugívora de algunos murciélagos, sabemos que el azúcar de las frutas,
verduras y miel es la fructosa que se guarda en el hígado en forma de glucógeno como reserva. Sin embargo la fructosa parece ser la responsable de la diabetes tipo II, del aumento de grasas y también del aumento del colesterol, produciendo
un hígado alcohólico y cirrótico en experimentos a base de este azúcar. No señores, los tiros no van por ahí.
Por todo ello me inclino a creer en una dieta omnívora con predominio de proteína, carnes y pescados, sin despreciar ningún tipo de alimento, pero más adelante os daré una sorpresa porque la naturaleza es sabia y se amolda
a nuestras necesidades y el hambre es una de ellas.
Otro problema muy distinto es que las carnes y pescados de hoy estén
contaminados como los pepinos de Alemania, vaya metedura de pata y vaya pérdida económica para nosotros los agricultores. Va un tío, coge un pepino de entre 2 millones, lo analiza porque hay colitis, descubre una Escherichia Coli, le pide
el carnet de identidad y dice que es pepino español. Pero no han dicho nada, absolutamente nada de los salmones noruegos envenenados, y sí utilizan un veto para cualquier insecticida que a ellos no les interese o no les guste.
Somos lo que somos porque nos vamos reinfectando casi diariamente pero de nuestro propio entorno y de los que nos rodean. Cuando dos personas
se dan un beso en la boca con intercambio de saliva, sus poblaciones microbióticas se igualan pues llegamos a intercambiar hasta 80 millones de bacterias y otros acompañantes. El beso en la boca es lo más sano que hay para mantener una
población equilibrada y, por algún mecanismo del ADN, muchos animales tribales practican el beso en la boca o juegos similares.
Una persona de clausura puede estar tan alejada de nuestra microbiología imperante que podría enfermar al entrar en contacto con alguien del exterior que fuera a verla. ¿Sería el motivo por el que se prohibían las visitas?
Debería averiguar si existía alta mortandad entre estas poblaciones, o si existen escritos de epidemias en algún convento.
Carecemos de una flora especialista en digerir esa fibra, de hecho los veganos tienen serios problemas en reponer ciertas vitaminas o aminoácidos. Claro que puedes recurrir al herbolario de la esquina y comprar cinc con vitaminas B6 y B12, y comer nueces
en verano y melón en invierno, tomate todo el año al igual que la lechuga. ¿No pensáis que en aquellos tiempos no había compra? Las estaciones eran rigurosas y estrictas, no se conoce el maíz ni la patata, no existe
ningún cultivo de nada.
Cuando se estudia odontología se dice: ¿Qué falta un colmillo? Búscalo
porque no puede faltar, pueden haber hasta dos en vez de uno, pero faltar nunca, sin embargo muelas sí pueden faltar, las que trituran los vegetales.
Nuestra tribu salía de sus moradas, de entre las rocas o zonas protegidas, y se iba a comer lo que encontraba que era poco, otros herbívoros ya habían pasado por ahí antes y los recolectores cogían lo que podían y
se lo comían, los cazadores seguían a las piezas hasta darles muerte. Esa pieza había que llevársela antes de que llegara otro depredador y se entablara una pelea innecesaria y costosa en vidas para los nuestros. Una mala herida
solía ser fatal, todavía no hay políticos inaugurando hospitales.
La tribu seguía a las manadas de herbívoros
como cualquier depredador y comíamos carne fresca y descompuesta con sus tripas y sus bacterias, toda su biota que hacíamos parte de la nuestra hasta que descubrimos cómo manejar, encender y mantener el fuego. Y para mantener el fuego
se empezaron a realizar asentamientos de corta estancia, primero algunos días y posteriormente algún mes, finalmente nos estableceríamos por temporadas, lo que conocemos ahora como estación. ¿Hace 700.000 años? Probablemente.
El fuego alejaba las fieras y finalmente se llevó a los espíritus. Su llama dibujaba en las paredes de las cuevas con
movimientos imperfectos, mantenía la estancia caliente y nuestros antepasados tomaron posesión de sus moradas a lo largo de los territorios de caza y en ese momento y lugar es más factible almacenar comida, grano, nueces, diversas frutas
o raíces que se consumen oportunamente. Los viejos, con 40 años, se van quedando sin dientes y machacan la cebada para tener un aporte extra de nutrientes.
La cebada la machacó un individuo en un hueco de piedra y después de comer un poco se olvidó de ella, se fue a cazar o a recolectar durante unos días. Al volver encontró que la lluvia había mojado su harina y que el
sabor había cambiado, el líquido era distinto al agua y se podía beber. La tribu empezó a recolectar cebada y quizás el sobrante lo repartió sobre el terreno, imitando a la naturaleza. Hace ya 30.000 años de
lo que os estoy hablando, los primeros vestigios de cebada machacada que pudieron dar lugar a las primeras cervezas, los restos de frutas goteaban zumo y acabaron fermentando en los huecos de las losas de la cueva.
La Biblia es un cuenta cuentos muy bien estructurado, pero no fue Noé quien inventó el vino. El vino es muy anterior a Noé pero la cogorza no
se la quitó nadie, bueno sí, el diluvio universal. Os cuento un relato: el Bósforo podría ser que no existiera en aquellos tiempos y por algún movimiento sísmico o sindicalista, que luego llamaron terremoto, se abrió
y el mar mediterráneo lo engulló todo. ¿Cierto? hay una tesis en estudio sobre ello. Pero vivió Noé ese momento geológico ¿Puede entonces que exista el Arca de Noé? Lo dudo pero hay gente que se sigue
gastando dinero en buscarla.
Se fueron. Iban de caza a otro de sus territorios. Al volver en la temporada siguiente encontraron
que había más cebada que antes. Sin darnos cuenta empezamos los cultivos, la recolección y el asentamiento. Los cazadores llevan ayudantes que recolectan grano de otros sitios para sembrarlo en sus zonas agrícolas.
Señores estamos realizando las primeras selecciones de semillas, las más gordas, los frutos más dulces, los más
grandes, los que aguantan mejor la sequía y todavía faltan 30.000 años para que vengan los ecologistas y otros parecidos a decir que no podemos seleccionar ahora ciertos alimentos. Qué su ADN pasará a nosotros y ¿por
qué no pasó hace 500.000 o más concretamente hace 30.000 años? porque no es posible, el ADN sufre una descomposición proteica en la digestión al igual que el ADN de las alitas de pollo, a mí no me salen plumas,
pero quizás alguno tiene orejas de soplillo y ¡zas! ya tenemos el cruce y la característica mayor entre los dos es que ninguno vuela. Son chistes malos pero es que me lo ponen a huevo.
Hacen falta ecologistas pero al igual que en la política, si te engañan dejas de creer en ellos. Yo defiendo la ecología y hoy por hoy no existe mejor energía
eléctrica que la producida por centrales nucleares. ¿Habéis visto los bosques de donde se extrae el petróleo o el carbón? No hay nada, está arrasado. El miedo a la central nuclear es la misma que al Ébola, es
el desconocimiento propio que tenemos todos. Seamos serios, estemos encima de las nucleares, pero también del salmón de piscifactoría que podría ser causante de mayor contaminación que una central nuclear y con más
intoxicados o personas con cáncer. Seamos serios.
Cuando defecan las semillas crecen y dan lugar a un arbolito,
que sí podría ser un manzano, y aprendimos a cultivar y como los árboles no se mueven ni tampoco las cosechas formamos campamentos estables de invierno y primavera junto a ríos, y campamentos de verano y otoño en laderas
y montañas. Y en otoño se bajaba con frutos, caza y semillas que se sembraban en otoño y se recogían justo antes de volver a la montaña. Y el invierno se pasaba comiendo frutos secos con alguna caza. Así transcurrieron
unos muchos miles de años.
Los nórdicos se alimentaban de leche y seguían a sus rebaños, los
nórdicos es la única raza que no pierde los fermentos de la caseína en la vida, el resto de humanos sí los perdemos. ¿Quiere decir que somos distintos? no, sencillamente no han dejado de tomar leche y no pierden las enzimas
que digieren las proteínas de la leche, se han adaptado en poco tiempo, sólo 7.500 años y como las oleadas de emigración al nuevo continente pasaron por ahí, si no se llevaron la costumbre es que partieron antes y estos,
los nórdicos se quedaron.
El yogur es un invento africano que se fue distribuyendo a lo largo del Mundo en nuestras
sucesivas oleadas de emigración. Pero ellas, las africanas, son más rápidas. Ordeñan directamente sobre una calabaza que tiene medio ácido, se la colocan en la cabeza y con el meneo y el calor cuando llegan a casa ya tienen
el yogur ¿Ingenioso verdad? Había que guardar la leche y qué mejor manera que tenerla como yogur que dura más días. En África no había neveras.
El ser humano tiene la capacidad de inventar y la de observación y cuando ocurre una casualidad un buen observador, capaz e inteligente se aprovecha de ella en beneficio de la comunidad:
el yogur, las semillas, mantener el fuego, la lanza, las pinturas.
Nuestra biota, la parte microscópica de nuestro
organismo, no está acostumbrada al grano, a la harina, a comer la misma fruta todos los días, azúcares y especialmente fructosa. Estos microorganismos son especialistas en lo suyo y cada uno en su parte de lo que comemos. La biota que
tenemos que digiera los hidratos de carbono está muy restringida por la biota bacteriana y es que es una de sus funciones, controlar las levaduras y sus molestas fermentaciones alcohólicas y de gases.
Hemos pasado de comer hidratos de carbono integrales aleatoriamente a cultivarlos y comerlos a diario y refinados. Tenemos complejas reacciones en el colon con fermentaciones
y gases, retortijones e hinchazón. Pregunta de un ignorante ¿Pueden ser estos gases motivo de los divertículos? Cuando el colon se te dilata una y otra vez acaba por perder su elasticidad y ya no vuelve a recuperar su forma habitual, se
forman divertículos y en ellos se deposita porquería que nunca va a salir. Entre la porquería y el colon nos aguarda una ingrata pasajera.
Acabamos de iniciar un proceso de adaptación que hoy todavía está en marcha. Hemos empezado a desplazar en un sentido nuestra biota favoreciendo a levaduras contra bacterias, que siempre fueron las dominadoras y las que precisamente controlan
a las levaduras para que no se vuelvan invasivas. Simultáneamente nos cargamos muchas de nuestras bacterias con los antibióticos y muchas mujeres ya solicitan simultaneamente un fungicida vaginal.
El pan no es un alimento generalizado entre griegos o romanos. El pan era un lujo y no se daba de comer a los presos o galeotes como nos mal enseñan las películas.
Parece probable que en la prehistoria en que nos encontramos ahora, 15.000 años, existieran panes de frutos secos, nueces, bellotas o castañas con maíz como el pan de Las Cinco Naciones, los iroqueses americanos, triturados de una manera
basta y mezclados con agua. Finalmente se cocían pero por acercamiento al fuego, el horno es más tardío. Pero estos asentamientos amerindios son de hace dos mil años nada más.
Pero ¿se llevaron trigo, cebada o centeno? No, luego si no llevaron semillas es que seguían a los rebaños migratorios y puede que comieran algo de
grano, como el maíz que encontraron y que seleccionaron según la tribu y se fueron llevando América abajo, hasta los Andes, un recorrido de ¿10.000 años, 15.000 años?
Siguieron al bisonte europeo y se socializaron a su alrededor, formaron rebaños de alpahacas con su lana incluida. Vuelvo a preguntaros: si hubiéramos sido
vegetarianos y comedores de grano ¿por qué no se emigró con la simiente al nuevo continente? Nadie tiene respuesta ¿verdad? sencillamente porque no nos los comíamos como alimento principal. Era un recurso en épocas
de hambre, cierto, cuando el bisonte no aparecía, los renos o el caribú.
El fermento es un invento, casualidad,
de los egipcios en el que existe un culto al pan y se utiliza como moneda de cambio, pero ya estamos hablando de hace 5.000 años y para nuestra biota eso es ayer. Los pueblos germanos podrían ser los mayores divulgadores de la cultura del pan
en Europa y el entorno asiático en el que se movieron. Allí disponían de grandes llanuras en las que crecían los cereales sin necesidad de cultivarlos y sus grandes migraciones en épocas griegas y romanas facilitaron la difusión
del pan y sus semillas.
Cuando hay hambre no hay pan duro. Nuestros cavernícolas debieron machacar la cebada, por
los vestigios encontrados, y mezclarla con agua y luego calentarla a la lumbre más para secarla que para cocinarla. Era una torta plana sin más, el llamado pan ácimo. No utilizaban fermentos, no se conocían, y es muy probable que
por alguna circunstancia estas masas se infectaran, fermentaran y se obtuvieran las primeras cervezas y los primeros panes fermentados. La levadura de ambos es la misma y la del vino.
Hoy en día empezamos comiendo pan, almorzando azúcar con café o con refrescos, comemos pasta y cenamos bocadillos y hasta pan blanquísimo sin corteza, cortado y envasado. Hacemos
ensaladas con maíz y en Navidad comemos turrón y que no falten los bombones, los caramelos y golosinas que además llevan una capa de azúcar recubriéndolos. Empanadas, cocas, panetones, galletas con grasas o azucaradas ¿quién
da más? Sí, me olvidaba de las pizzas, espaguetis, canelones, lasaña, arroz tres delicias, la paella o el “beneficioso arroz blanco” un poquito pasado y con aceite de oliva para los malestares del intestino después de
tomar antibióticos.
Durante la toma de antibióticos, cuatro horas más tarde para que el antibiótico
no lo mate, te tomas un yogur, un kéfir y un probiótico. ¿Qué es un probiótico? Un repoblador de bacterias en nuestro intestino sencillamente.
Todo este tipo de comida genera colesterol, diabetes, grasa y seguidamente enfermedades que se podrían evitar en gran medida. Las enfermedades son serias, os doy la lista de las que podrían
estar incluidas en esta teoría mía:
Sensibilidad Química Múltiple.
Fatiga crónica.
Electrosensibilidad.
Fibromialgia.
Psoriasis.
Síndrome de la Guerra del Golfo.
Alzheimer.
Autismo.
Esclerosis central y lateral.
Yo me curé de las tres primeras. Falta saber si es cierto todo lo que explico, apoyado en estudios médicos y científicos,
o ha sido una mera casualidad. Quizás algún médico o científico quiera estudiar e investigar lo que yo voy a ir dejando escrito aquí.
Supongo que mucha gente sonreirá al leer estas líneas, pero todavía las mujeres arrastran la amenorrea y ¿qué es eso?: La amenorrea es la ausencia de la menstruación. La menstruación
se interrumpe, en lo que a mí me interesa, por una falta de alimentos con lo cual el cuerpo no ovula para evitar el embarazo y no tener que alimentar otro animalito, y perdón que lo llame así porque quiero incidir en que esta faculta de
la mujer le viene de lejos de hace 1 millón de años, o dos millones de años, me da lo mismo quiero que os quedéis con la figura. Aquí podríamos poner a las extremadamente delgadas.
Pero existe otra amenorrea patológica en cuyo caso no es
un diagnóstico, es un síntoma de una enfermedad en la que se incluyen las neuroendocrinas, neuro y hormona. Cuántas mujeres que tenéis SQM padecéis este problema y hasta es posible que sea no sea continuo. Ya lo hablaremos
más adelante.
18 de enero de 2015, Eduardo Casasnovas Susanna.
Proseguirá.