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 EN DEFENSA DE LOS DEMÁS. 

¿¡POR QUE ESTAMOS LOCOS!?

EN DEFENSA DE LOS DEMÁS. 

         "Justitia procuram pacem et injuria bellum. Humilia verba sunt nuntii pacis et superba belli (Liber Proverbiorum)" Beato Raimundo Lulio.

         Yo pretendía defender a los enfermos, en principio a todos, pero principalmente a los míos. Hoy, releyendo escritos para mi libro, esas parrafadas que te tiras sin venir a cuento ni tiempo, ni espacio, las escritas durante las crisis intensas y tensas, aquellas en que lo sabes todo y arremetes contra todo aquello que no sea e tu agrado o, sencillamente, por no darte la razón, por quitártela, porque no sabes discutir.

         Tu mente se obnubila y el único entendimiento es con los de tu propia especie: otros enfermos tan iracundos y obcecados como estaba yo. Ellos te entienden, tu les entiendes a ellos y todo está bien. Bueno eso es lo que nos creemos mientras esta enfermedad nos anula el raciocinio y la voluntad.

         En ese periodo hacemos el más absoluto de los ridículos, actúas como un borracho continuo, tu mente va de la Ceca a la Meca sin pasar por Toledo, todo es un aperitivo de incongruencias, frases inacabadas, inconexas y respuestas a veces silenciosas. Tu mente se cierra, no oyes lo que te dicen o, más bien, no lo digieres gramaticalmente por lo cual no es posible una contestación ya que no hay entendimiento.

         Decir esto a los enfermos es echarles un jarro de agua fría, pero es cierto y cuanto más levantan la voz más paranoicos y locos son nuestras calificaciones. Es desesperante, sí, claro que es desesperante, descorazonador, alucinante. Ese estado de agresión continua por un enemigo invisible, no detectado por la medicina ni los entes científicos te vuelve loco, pero como digo en este escrito de hace bastante tiempo:

Quisiera contestar al Sr Pall.
Inicio > Vol. 7, núm. 30 (2008) > Pall
Teoría del ciclo del óxido nítrico: ¿Explicará el Síndrome de la Fatiga Crónica, la Fibromialgia y otras “enfermedades inexplicadas”?
Yo “FUI” enfermo de Sensibilidad Química Múltiple grado III, de Fatiga Crónica y de Electrosensibilidad, de las tres me he curado. Esto es una enfermedad física y no mental y como tal se puede tratar ¿Interesa que la gente se cure? La respuesta la darán ustedes.
Yo ya me he curado y soy el que ha escrito en contra de otros médicos por opinar, ellos sí pueden opinar lo que les dé la gana sin ninguna base científica, que esto son enfermedades de locos. Esta enfermedad, es la misma con distintas expresiones, crea locos, igual que el alcoholismo o las drogas, pero la enfermedad no es la locura. El Alzheimer tampoco es locura aunque pueda parecerlo.
Yo he perdido la mielina de parte del cerebro y empiezo a padecer esclerosis que es la parte negativa de esta enfermedad debido al tiempo en que un médico dijo que yo no estaba bien de la cabeza: esto son solo enfermedades de mujeres, y también he descubierto por qué ataca a más mujeres que hombres. Y muy probablemente el ELA y la EC también tengan un emparentamiento con las anteriores.
Pero ya les digo, yo me he curado y va a depender de buenos profesionales para que esto salga adelante y dudo del interés de muchos médicos, triste, muy triste.
Perdonen mi entusiasmo, debo refrenarme.
Tengo dos carreras de ingeniería, estudié microbiología muchos años, investigué un tiempo en el CSIC pero me apasiona cultivar lechugas. Tengan en cuenta que la mayoría de productos que nosotros elaboramos los utiliza posteriormente la medicina y no estoy de acuerdo porque algunos son carcinógenos. Nuestro presupuesto es 100 veces superior al de investigación médica y llevamos miles de años investigando.

La medicina no tiene la exclusividad de la investigación ni siquiera de la responsabilidad de la gente. Si yo mando regar unos pepinos con agua residual y los mando para Alemania, se me contagia un montón de personas y se mueren 27. Afortunadamente no lo hice y el pepino no fue el causante de nada. Pero fíjense ustedes que yo soy responsable de la vida y de la salud de cientos de miles de personas diariamente con lo que envío al mercado como “comida”. Lechugas con fungicidas, calabacín con insecticida, sandías con nitratos o espinacas con E. coli ¿Son ustedes, los médicos, capaces de ponerse en la cabeza de alguno de nosotros? No son 20 pacientes al día, son cientos de miles de pacientes diarios mi responsabilidad.
Reconozco que esto fue una casualidad pero que hubo que verla con los ojos de un cultivador de lechugas y luego continuar investigando y poniéndolo en práctica.

Hoy estas enfermedades son curables y con una buena investigación se podrían resolver otras que parecen asociadas o paralelas. Podrían, quizás, ojalá, no vayan a decir que soy un sanador.
Saludos Eduardo.

         Como veis este escrito es duro, no deja lugar a réplica: "yo sé más que vosotros y vosotros me debéis respetar". Bien, el respeto hay que ganárselo respetando a los demás que es lo que estoy haciendo ahora, no lo que hacía cuando me comportaba como un salvaje.

         Hoy hay enfermos que se comportan como yo antiguamente, cierto que están enfermos, pero también cierto que gracias a su manera de realizar los comentarios y las cosas que dicen, el resto de los que entienden de estas enfermedades nos trata como a locos, con razón.

         "LA PALABRA HUMILDE ES ANUNCIO DE PAZ Y LA SOBERVIA DE GUERRA", y eso es lo que estamos obteniendo todos los enfermos TAMBIÉN los que gritan en silencio su calvario, a esos defiendo pues "LA JUSTICIA PROCURA LA PAZ Y LA INJURIA LA GUERRA."

         30 de Abril de 2015, Eduardo Casasnovas Susanna.

¿¡POR QUÉ ESTAMOS LOCOS!? 

         Yo nunca me rindo, bueno algunas veces sí aunque no es lo mismo que dar el brazo a torcer.

         Nunca entendí la obsesión del estamento médico mundial por clasificar nuestras enfermedades como de “locos”, claro que si metemos a los del Síndrome de la Guerra del Golfo con nosotros, no hay muchas diferencias, pues va a resultar que sí que estamos un poco “tocados”.

         Para empezar nosotros tenemos un problema olfativo que nos provoca distintas molestias, las olfativas, las dolorosas, la fibroniebla y los estados de ánimo exaltados, en muchas ocasiones fuera de lugar, sí, es cierto, muy fuera de lugar, sólo hay que coger algunas páginas que traten sobre nuestras enfermedades y se ataca de una manera feroz al que no opina como tú.

         Esa ira en muchos casos no va intrínsecamente contra el que ha escrito algo, sino contra la sociedad en general y contra la clase médica en particular pues ellos “no nos entienden”, y la sociedad “consume mucho tóxico y mucha mierda.”

         En nuestras enfermedades existe ignorancia porque no se conocen, que eso mismo dice la RAE en su diccionario: Ignorante: el que no tiene noticias. Y yo pregunto ¿Hay alguien que tenga noticias de las enfermedades emergentes? o ¿son del sistema central? o quizás ¿son del frontal, parietal o bulbo olfatorio? porque aquí opina mucha gente y de diversas maneras lo cual implica leer demasiado para enterarte de poco nuevo, y en algunos casos de casi nada, pero muchos cobran por decir “casi nada”.

         Pero la gran mayoría predica, la gran mayoría médica, que es un problema cerebral, y vuelvo a darles la razón por nuestro comportamiento, que conste que en el libro lo explico y doy su por qué y lo defiendo, pero aquí no me interesa hacerlo ya que quiero llegar a las conclusiones históricas de nuestras enfermedades, porque una cosa es lo que yo he descubierto, con esta cabecita de “tarao” y otra en lo que creo que se ha basado la intuición médica.

Ese problema cerebral y el comportamiento más el problema olfativo nos lleva a 1918, fijaros, yo siempre remontándome a épocas remotas y porque no sale en los Evangelios que sino también los nombraba. En ese año el Doctor Ernst Kretschmer publica “El delirio sensitivo de referencia (DSR)” y os explico en pocas líneas en qué consiste.

Se trata de enfermos mentales que tienen serios problemas olfativos, pero los suyos van por otro camino. En muchos casos son ellos los que creen que huelen mal y les dan asco a la sociedad. A raíz de algo cotidiano uno se siente observado y menospreciado, (en cursiva mis ironías y adjuntos) llevar mascarilla, que el olor te produzca daño, que te produzca Fatiga o Fibromialgia.

Esto produce inseguridad moral y puede estar producido por un desengaño, por el trabajo, humillaciones y esto genera una retroalimentación ¡TODO EL MUNDO ESTÁ CONTRA MÍ! ¡ESOS SON UNOS CABRONES IGNORANTES! ¡NOS VEREMOS LAS CARAS! Estas son descargas de adrenalina descompensadas por el abundante cortisol que recorre nuestro cuerpo, es indudable, pero también lo es que esos exabruptos ponen en guardia a la clase médica.

Desde inicios del siglo pasado la psiquiatría francesa propuso alucinaciones olfativas primarias asociadas a un estado delirante crónico “delire à base olfative” , delirio en base olfativa.

Como os he dicho al principio he descartado lo que pienso y mis opiniones respecto a estas enfermedades, sencillamente he realizado un repaso histórico a lo que pudiera concernir a nuestras enfermedades, al POR QUÉ ESTAMOS LOCOS.

Todo lo relatado anteriormente no nos afecta directamente, son estados anímicos muy distantes, sin embargo observamos unas similitudes que nos acercan a toda esa gente que ha opinado que “están locos” porque la psiquiatría, al no tener un modelo definido de nuestras aptitudes psicosociales, nos ha emparejado con este modelo propuesto en 1918.

Si esto es así alguien ha cometido un grave error, un error que ha costado una friolera de miles de millones de euros por enfocar nuestra ineptitud social hacia algo que no es cierto. Cientos de médicos, miles, estudiando nuestras enfermedades desde el punto de vista psiquiátrico porque Ernst Kretschmer publicó un libro. ¿Ustedes no se salen nunca del guión establecido?

El doctor Pryse-Philips estableció un diagnóstico diferencial entre la esquizofrenia o la depresión y las alucinaciones olfativas.

Hoy por hoy está en manos de los enfermos que no nos confundan con locos, depresivos o esquizofrénicos, gracias a un cambio de actitud en nuestras declaraciones y, sobre todo, en la manera de realizarlas.

Este problema también se explica científicamente en el libro, el por qué de estas exaltaciones que tenemos y os aseguro, al resto del mundo, a la gente “sana” que saltaríais igual que nosotros si tuvierais lo que nosotros tenemos.

21 de abril de 2015, Eduardo Casasnovas Susanna.