El kéfir es un fermentado lácteo que no tiene nada que ver con la leche una vez acabada la fermentación. La lactosa ha desaparecido y la caseína también por lo que no existe intolerancia a estos dos productos. Sin embargo se conservan las vitaminas si lo haces con leche entera.

El principio microbiológico de esta fermentación consigue esterilizar la leche de microbios u otros patógenos que pudieran existir en la leche. La pasteurización puede ser una solución, aunque como digo, estos microorganismos no dejan nada vivo.

Es necesario que la leche tenga lactosa pues es de lo que van a vivir la mayoría de las distintas bacterias y levaduras que están protegidas en una biopelícula conocida como "búlgaros, kefiranos o simplemente kéfir".

Con todo lo que veis haré chocolate, pan, humus, queso y por supuesto el kéfir diario.